gipsófila

Por su color y gran ligereza, la gypsophila simboliza el amor eterno y la pureza. Ella nos recuerda que es importante cuidar a los que amamos y demostrarles todo el cariño que sentimos por ellos. Esta flor también evoca la inocencia, especialmente el candor infantil. Es una forma de recordarnos que la dulzura y la delicadeza de los niños son algo precioso, que hay que cuidar y fomentar en el día a día.